lunes, 9 de noviembre de 2015

Un pequeño paso para la institución escolar, un gran paso para una futura maestra.

Después de 2 años de universidad y mucha teoría, hoy es mi primer día de prácticas. 

Ilusión, nervios y un poco de desgana ya que no me las han propuesto como yo esperaba. 
Todavía no sé qué curso me tocará y es tan grande el abanico de posibilidades... . En menos de una hora volveré al pupitre, el verde típico en el que seguro no cabré, aquel que me parecía enorme y que hoy se me va a hacer mas grande aún. Tengo la impresión de no estar preparada, de no saberlo todo y los niños esperan que sus maestros tengan todas las respuestas. Yo tengo muy pocas. Miedo, ansiedad, ...una mezcla de sentimientos encontrados en los que iré ahondando en mis 200 horas de prácticas.
Supongo que para eso son las prácticas, para encontrar respuestas a lo que no son capaces de enseñarnos los profesores universitarios, para que lo aprendamos del maestro en el colegio y sobre todo para que lo aprendamos de los niños. Los niños, esos grandes genios en cuerpos chiquititos que son los que hoy me han llevado aquí. Un pequeño paso para la educación, un gran paso para mi y mi carrera universitaria, mi vocación, mi futura profesión (o eso espero).

Tengo nauseas, dolor de estómago y no sé si voy a ser capaz de llegar caminado a la puerta, presentarme y ser capaz de presentarme. No voy a dar pie con bola, temo mi tartamudez nerviosa, parecer tonta, desvanecerme y ponerme en mi nerviosismo inoportuno y no enterarme de nada, me suele pasar, temo no ser capaz o que no sea lo esperado. Temo llegar y que la experiencia me diga que no es lo que quiero o sobre todo, que no es lo que puedo. Me bloqueo. 
Es un poco cruel hacer pasar por esto a los alumnos, a ellos y a mi (XD).

Temo no estar a la altura, y que mi ignorancia me delate, me desarme ante niños y maestros. Se supone que debería saber muchas cosas, pero no sé si por los nervios o por el sistema que nos hace examinarnos como cotorras imitando contenidos que luego olvidamos, siento que no voy a ser capaz. Temo mi escasa creatividad, mi falta de innovación en contenidos, mi bocachancla que me hace decir lo primero que pienso. Temo no saber pensar.

Una hora y el paso será, espero, un antes y un después en mí vida. Siempre he querido hacer cosas grandes, será ese síndrome de superhéroe que tenemos muchos, pero llegado el momento me siento pequeña, una hormiga en un mundo que no voy a poder afrontar y que en cualquier momento alguien que sabe mas puede pisar y enterrar. Sé que es lo que toca, pero no puedo evitarlo.